domingo, 6 de octubre de 2013

Todos valemos por igual


Un granjero tenia cachorros para vender
Un niño con una amplia sonrisa le dijo: "Señor, quiero comprarle unos de sus cachorritos"
El grajero, le respondió: Estos cachorros son de raza, cuestan bastante dinero.
Respondió el niño: He conseguido treinta y nueve centavos
¿es esto suficiente? Seguro, dijo el granjero, comenzando a silbar y a gritar, "Dolly, ven aquí". Dolly salio corriendo de su casilla y bajo la rampa seguida de cuatro pequeñas bolas de piel.
Los ojos del niño danzaban de alegría, entonces de la casilla salio, a hurtadillas, otra pequeña bola, esta era notablemente mas pequeña. Se deslizo por la rampa comenzó a renguear en un infructuoso intento de alcanzar al resto.
El niño apretó su carita contra la cerca y grito con fuerzas: ¡Yo quiero a ese!, señalando al mas pequeño. El granjero le dijo: "Hijo tu no quieres a este cachorrito" El nunca podrá correr y jugar contigo de la forma que tu quieras. Al oír eso, el niño bajo la mano y lentamente se subió el pantalón de una de sus piernas. Le mostro una protesis de doble abrazadero en ambos lados de su pierna, que iba hasta un zapato especial, mirando al grajero, le dijo: Como usted vera, señor, yo tampoco corro tan bien que digamos, y el necesitara a alguien que lo comprenda.

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