sábado, 3 de agosto de 2013

Días grises


Hay días en los que el sol brilla y la vida sigue como siempre: Las cosas no han cambiado, nada urgente nos falta en apariencia y sin embargo.. Nos sentimos mal, como incompletos, como... Insuficientes, como desalentados y extraños.

Ese día que abres los ojos y no sabes porque, traes un desanimo que te nació en el sueño, que te broto de lo alto de la noche y se filtro a tu alma gracias a quien sabe que asociaciones oscuras y angustiosas.

Ese día en que te cuesta trabajo levantarte. ¡Ayer estaba todo bien! Ese día que presientes que nada va ir como tu lo deseaste, ese día no tiene color, cuyas primeras horas son de laxitud, recelo o ligera zozobra.

Ese día, es un día que nació gris.

Nunca se puede evitar esto. La química de nuestro cuerpo, la inercia de nuestra psique, la reacción desconocida de factores internos a estímulos que no descubrimos todavía, nos quiere pintar ese día gris. Gris opaco. Gris depresivo. Gris pasivo. Gris marginal.

Pero...

Lo que si puedes hacer, cuanto antes, es tomar tu mismo, tu misma, la decisión de activar tus propios pinceles y aprovechar ese gris neutro para inundarlo de figuras diversas: ¡Flechas verdes, curvas doradas, zig-zags blancos, puntos azules!

Puedes convertir unos cuantos segundos o minutos ese panorama triste en un deseo realizable, un canto que estimule, un silencio que hable.

No hay días grises.. ¡Todos son iguales! quien les da colo eres tu.

Quien es capaz de alegrarse con la lluvia o admirar la tempestad, eres tu. Quien se echa a llorar bajo un sol esplendido un cielo  maravilloso, eres tu. Porque no son los días los que te dan color. Eres tu quien puede pintar como desees, cada día.

Si sientes que comienza todo gris...
¡decídete y llénalo de color!

                 ¡Y vive como nunca el día de hoy!

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